La Habana – En medio del avance imparable de la dolarización en Cuba, el Moneda Libremente Convertible (MLC) continúa su retroceso en el mercado informal, alejándose cada vez más del repunte que sorprendió en febrero y reafirmando su fragilidad como instrumento financiero.
Este jueves por la mañana, el MLC se cotizaba a 260 pesos cubanos (CUP), cinco menos que el día anterior, cuando marcaba 265. Aun así, se mantiene por encima de su valor más bajo del año (240 CUP), alcanzado a principios de enero, según el índice que publica El Toque, elaborado a partir del monitoreo de propuestas de compra y venta en plataformas digitales.
Mientras tanto, el euro y el dólar se mantienen en ascenso. El euro alcanzó los 368 CUP y el dólar los 360 CUP, lo que refuerza la percepción de que el MLC está perdiendo su rol protagónico frente a monedas extranjeras que gozan de mayor aceptación tanto en el sector privado como en el mercado informal.
Entre crisis, tiendas vacías y billetes verdes
Este retroceso se produce en un escenario de profunda crisis económica y financiera, donde el Gobierno ha optado por profundizar la dolarización parcial de la economía. En la práctica, esto ha significado la apertura de más tiendas en divisas extranjeras —dólares y euros—, a las que no se puede acceder con tarjetas en MLC.
A medida que las tiendas en MLC pierden surtido y clientela, el valor de esta moneda virtual también se resiente. Muchos cubanos han dejado de verla como una vía útil para acceder a bienes básicos, en tanto el dólar y el euro se han consolidado como monedas de referencia real, pese a no formar parte oficial del sistema monetario.
Paradójicamente, el discurso oficial sostiene que el MLC no desaparecerá. Sin embargo, en la práctica, cada día pierde más espacios frente al dólar y al euro, que se imponen como medios de pago en el sector privado y en las importaciones personales.
De las promesas a los hechos
Creado en 2019 como mecanismo para captar divisas a través de remesas, el MLC fue promovido por el Gobierno como una solución práctica. Pero con el paso del tiempo, la moneda electrónica ha mostrado sus limitaciones estructurales, atadas al control estatal del comercio minorista y la falta de respaldo en mercancías reales.
Su repunte en febrero se debió a un fenómeno puntual: la reactivación temporal de la oferta de productos como cigarros en tiendas MLC, lo que generó una demanda específica que infló artificialmente su valor hasta los 285 CUP. Sin embargo, al agotarse esa oferta, el precio volvió a caer.
Los expertos coinciden en que el dólar y el euro seguirán ganando terreno, aunque de forma gradual. La escasez crónica y la incertidumbre económica empujan a los cubanos a refugiarse en divisas más estables, mientras el MLC se desliza lentamente hacia la irrelevancia.
A esto se suma la espera por nuevas medidas económicas, como el prometido régimen cambiario flexible que aún no se implementa, o posibles cambios en la política de Estados Unidos hacia Cuba, especialmente bajo una eventual segunda presidencia de Donald Trump.
Por ahora, el MLC sigue cuesta abajo, en un contexto donde la moneda oficial (el CUP) ha perdido toda capacidad de compra y la economía nacional se reconstruye sobre un modelo dual, desigual y cada vez más dolarizado.