Guantánamo, Cuba – Una significativa parte del campamento instalado por Estados Unidos para albergar migrantes en la Base Naval de Guantánamo ha sido desmantelada, según muestran nuevas imágenes satelitales.

El campamento, ordenado por el expresidente Donald Trump a inicios de su mandato en enero, fue diseñado para albergar hasta 30,000 migrantes. Sin embargo, en la práctica solo se alojó a una pequeña fracción de esa cifra.

Según un funcionario del Departamento de Defensa, solo en el primer mes de operaciones de este año se invirtieron aproximadamente 38 millones de dólares en tareas de deportación y detención en la base.

Las imágenes recientes, datadas del 16 de abril, evidencian que cerca de dos tercios de las aproximadamente 260 tiendas de campaña instaladas ya han sido retiradas. Un funcionario de defensa de EE.UU. declaró que este «ajuste de fuerza representa un uso deliberado y eficiente de los recursos – no una disminución de la preparación operativa».

La construcción del campamento comenzó un día después del anuncio presidencial, con tiendas montadas entre el 30 de enero y el 12 de febrero, y con estructuras temporales visibles hasta el 8 de marzo.

Esta infraestructura fue una ampliación del Centro de Operaciones Migratorias de Guantánamo, el cual históricamente se ha utilizado para albergar a ciertos migrantes, y es distinto del centro penitenciario de alta seguridad donde se detiene a sospechosos de terrorismo.

Imágenes captadas el 1 de abril mostraban unas 260 tiendas verdes y blancas al suroeste del complejo. Para el 10 de abril, muchas ya habían sido desmontadas, y para el 16 de abril solo quedaban en pie alrededor de 85 tiendas.

Se desconoce cuántos migrantes permanecen actualmente en el recinto. El vicejefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, declaró recientemente que la base seguía operativa y que “un gran número de extranjeros terroristas” continuaban allí detenidos.

La Casa Blanca no respondió a solicitudes de comentarios sobre si el retiro de las tiendas representa una marcha atrás en el plan original de Trump.

Pese a su promesa de enviar hasta 30,000 migrantes al enclave, un funcionario de defensa estadounidense indicó que el operativo estaba diseñado para manejar una población máxima de 2,500 personas. Un análisis de la capacidad estimada del campamento, basado en normas del ejército estadounidense, concluyó que no superaba las 3,000 personas.

Trump había señalado en enero que el sitio sería usado principalmente para retener a migrantes indocumentados considerados peligrosos o una amenaza para la seguridad nacional. “Algunos son tan peligrosos que no confiamos ni en sus países de origen para detenerlos”, afirmó. “Así que los enviaremos a Guantánamo… un lugar del que es difícil salir”.

Desde el inicio del plan hace poco más de dos meses y medio, se estima que solo unos 400 migrantes han sido enviados a la base, de los cuales más de la mitad ya fueron devueltos a centros en EE.UU. Otros han sido deportados, como el grupo de 177 personas enviadas a Venezuela vía Honduras el pasado 20 de febrero.

El 28 de marzo, una delegación de cinco senadores demócratas visitó Guantánamo. En un comunicado, expresaron su indignación por “la escala y el despilfarro del uso indebido de nuestro ejército por parte de la Administración Trump”, y calificaron el campamento como “una estructura aparentemente diseñada para eludir el debido proceso y evitar el escrutinio legal”.

Los legisladores denunciaron que el costo mensual de trasladar y retener migrantes en la base ascendía a “decenas de millones de dólares”, calificando la iniciativa como “una ofensa para los contribuyentes estadounidenses”.

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