La Habana, Cuba – Aydin Hernández, con lágrimas en los ojos, se apoyaba en el muro del Malecón habanero el lunes, rezando por lo que ya parece un sueño roto: reunirse con su hija en Estados Unidos.

“Solo Dios sabe cuánto la extraño”, dijo Hernández sobre su hija de 21 años. “Quiero verla”.

Hernández había solicitado entrar a Estados Unidos bajo el programa de “parole humanitario”, impulsado por el expresidente demócrata Joe Biden, el cual permitía a migrantes con un patrocinador residir y trabajar temporalmente en territorio estadounidense. Sin embargo, tras la confirmación del gobierno del presidente Donald Trump el viernes pasado sobre la cancelación del programa y la revocación del estatus legal temporal de más de 530,000 cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos, sus esperanzas parecen desvanecerse.

Un borrador publicado por el gobierno estadounidense calificó el programa de ineficaz y cuestionó su legalidad.

El anuncio ha causado confusión y desaliento entre muchos en la isla, en medio de una crisis económica prolongada y tras décadas de políticas migratorias estadounidenses que habían favorecido históricamente a los cubanos por encima de otras nacionalidades.

Durante los cuatro años del gobierno de Biden, se estima que más de 700,000 cubanos ingresaron a Estados Unidos, según cifras oficiales de agencias migratorias. No está claro cuántos de ellos obtuvieron otro tipo de estatus legal, pero muchos de los programas que ofrecían una vía a la residencia o ciudadanía, especialmente para cubanos, fueron congelados por la administración Trump en febrero y puestos bajo revisión.

El lunes, el canciller cubano Bruno Rodríguez acusó a Estados Unidos de haber “tentado a los cubanos a emigrar para luego darles la espalda”, calificándolo como “un acto de cruel cinismo”.

Dario Méndez, un joven estudiante de ingeniería de 20 años en La Habana, lamentó que muchas personas cercanas a él lo hayan dejado todo para buscar una mejor vida en Estados Unidos. “Obligarlos a regresar ahora no es justo”, expresó. “Justo cuando pensaban que por fin avanzaban, les dicen que tal vez tengan que volver atrás”.

El viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba afirmó recientemente que cualquier incremento en las deportaciones hacia la isla debería ser discutido con el gobierno cubano, conforme a acuerdos bilaterales firmados hace décadas.

Mientras tanto, en el sur de la Florida, donde reside una gran comunidad cubanoamericana, crecen los temores de deportaciones entre quienes llegaron recientemente. La congresista republicana María Elvira Salazar instó al gobierno de Trump a reconsiderar la medida, responsabilizando a Biden por haber colocado a estos migrantes “que huyen de regímenes comunistas fallidos” en un limbo legal. “Trump debería reconocer esta realidad y no castigarlos por errores ajenos”, escribió el sábado en la red social X.

Hasta el momento, la Casa Blanca no ha emitido una respuesta oficial a las declaraciones del canciller cubano.

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