Cuba vive uno de los momentos más críticos en cuanto a disponibilidad de agua. Dos de sus provincias, Holguín y Ciego de Ávila, atraviesan una grave crisis hídrica marcada por un déficit prolongado de lluvias y condiciones de sequía que amenazan la vida cotidiana, la agricultura y los ecosistemas locales.
Holguín: Un territorio completamente seco
La provincia de Holguín reporta un déficit de lluvias del 22 %, con todo su territorio clasificado como “muy seco”, según el último informe del Centro Meteorológico Provincial citado por el periódico ¡Ahora!. Durante el mes de marzo solo se acumularon 52,9 milímetros de lluvia, lo que representa apenas el 78 % de la media histórica.
El municipio más afectado es Antilla, el más pequeño de la provincia, que apenas registró 10,9 mm de precipitaciones, lo que equivale a un alarmante 83 % de déficit hídrico. Solo cuatro de los catorce municipios (Gibara, Calixto García, Cacocum y Urbano Noris) lograron superar sus promedios históricos de lluvia.
El 47,7 % del territorio holguinero sufre sequía meteorológica —definida por un período prolongado con lluvias por debajo de la media—, particularmente en las zonas de Banes, Sagua de Tánamo y Moa, donde la falta de lluvias ya se extiende por siete meses consecutivos.
La situación se agrava en el sector agropecuario. Según los datos disponibles, el 100 % del territorio presenta condiciones “muy secas”, salvo algunas zonas puntuales de Mayarí y Moa. Esta escasez de agua afecta directamente a la vegetación, los cultivos y la ganadería, debilitando los suelos y aumentando la erosión.
Ciego de Ávila: Casi tres años en déficit hídrico
En el centro del país, la situación no es más alentadora. Ciego de Ávila ha experimentado un déficit de precipitaciones durante 35 de los últimos 51 meses, es decir, el 69 % del tiempo desde 2021. Esta prolongada falta de lluvias no ha permitido que los acuíferos ni los embalses logren una recuperación sostenida.
El meteorólogo Frank Fernández Castañeda, del Centro Meteorológico Provincial, explicó en el diario Escambray que, aunque se han registrado meses aislados con lluvias abundantes, estos han sido insuficientes para revertir el deterioro generalizado de los recursos hídricos.
De noviembre de 2024 a marzo de 2025, la provincia acumuló solo 163,5 mm de lluvia, con un déficit de 41,1 mm respecto al promedio. El mes de enero de 2025 fue catalogado como uno de los más secos de la última década.
Como consecuencia, las autoridades de Ciego de Ávila se han visto obligadas a imponer un régimen de distribución de agua extremadamente restrictivo: 24 horas de suministro cada nueve días, una medida que afecta profundamente a la población, así como a las actividades económicas y agrícolas.
Sequía acumulativa: un ciclo difícil de romper
Según Fernández, la sequía no puede entenderse como una simple falta temporal de lluvias. Se trata de un fenómeno acumulativo que genera un círculo vicioso: los suelos pierden capacidad de retención, la vegetación se debilita, la erosión aumenta y la humedad disponible disminuye aún más. No bastan algunas lluvias aisladas para resolver el problema; es necesario superar el déficit acumulado durante meses o años.
El Índice de Precipitación Estandarizado (SPI) muestra que Ciego de Ávila experimenta sequía meteorológica de ligera a moderada en los últimos tres a nueve meses. Pero al extender el análisis a plazos más largos —de 12 a 18 meses—, la situación se torna más grave, alcanzando niveles de sequía moderada, severa e incluso extrema, combinando efectos meteorológicos e hidrológicos.
Causas y pronósticos: una mirada al futuro inmediato
Los expertos atribuyen esta persistente sequía a factores climáticos globales como el fenómeno El Niño/Oscilación del Sur (ENOS), activo desde 2020, así como a la influencia de sistemas de altas presiones oceánicas que dificultan la formación de nubes.
Los modelos meteorológicos internacionales no auguran mejoras a corto plazo: se espera que las precipitaciones continúen por debajo de los valores históricos en los próximos meses, lo que podría agravar aún más la crisis.
Paradójicamente, algunos meteorólogos señalan que solo un evento extremo como un ciclón tropical podría aliviar el déficit acumulado, tal como ocurrió en 2017 con el paso del huracán Irma, que puso fin a la peor sequía en un siglo (2014–2017). Sin embargo, ese tipo de solución, además de arriesgada, solo representa un alivio temporal.
Preguntas frecuentes sobre la crisis hídrica en Holguín y Ciego de Ávila
¿Cuál es el estado actual de la sequía en estas provincias?
Holguín enfrenta un déficit del 22 % en las lluvias y la totalidad de su territorio ha sido clasificado como “muy seco”. En Ciego de Ávila, el 69 % de los últimos cuatro años han registrado precipitaciones por debajo de la media, con impactos severos en todos los sectores.
¿Qué medidas se han tomado ante esta situación en Ciego de Ávila?
La provincia ha impuesto un ciclo de distribución de agua extremadamente limitado: 24 horas cada nueve días. Esta medida responde a la caída del caudal en fuentes hídricas clave y a la pérdida de eficiencia en los sistemas de bombeo.
¿Cómo está afectando la sequía a la agricultura en Holguín?
La sequía ha deteriorado gravemente los suelos y ha generado un aumento de la erosión. Como resultado, los cultivos y la ganadería están siendo duramente golpeados, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria local.
¿Qué se espera del clima en los próximos meses?
Se prevé que las lluvias sigan siendo escasas debido a factores como el fenómeno El Niño y las altas presiones oceánicas. Esto prolongaría aún más la crisis hídrica en ambas provincias.