Tras casi cuatro años de encarcelamiento, el régimen cubano ha puesto en libertad al líder opositor José Daniel Ferrer, fundador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), en un movimiento que coincide con gestiones diplomáticas del Vaticano y el reciente retiro de la Isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo por parte de Estados Unidos.
Ferrer fue arrestado el 11 de julio de 2021 en Santiago de Cuba mientras se sumaba a las históricas protestas populares que estallaron en todo el país ese día. Su esposa confirmó que ya se encuentra en su casa tras pasar años en condiciones extremas, sometido a tratos inhumanos, aislamiento prolongado y huelgas de hambre que denunció como mecanismos para visibilizar su situación y la de otros presos políticos.
Un gesto simbólico en un momento clave
Junto a Ferrer, más de una decena de presos políticos también fueron liberados esta semana, entre ellos Reyna Yacnara Barreto Batista, una joven tatuadora de 24 años arrestada por participar en las protestas del 11J y condenada a cuatro años de prisión por “desórdenes públicos” y “atentado”.
Barreto fue excarcelada desde un penal en la provincia de Camagüey junto a otros ocho hombres. En declaraciones a The Associated Press, expresó su alivio por recuperar la libertad y subrayó que más detenidos están siendo liberados como parte del proceso actual.
Organizaciones de la sociedad civil que monitorean los casos de represión en la Isla han confirmado las excarcelaciones, aunque aún no existe información oficial transparente ni garantías de que estas liberaciones no estén condicionadas a presiones o exilios forzados.
¿Cambio real o maniobra diplomática?
El gesto del Gobierno ha sido interpretado por analistas como un intento de mostrar una imagen más conciliadora ante la comunidad internacional, en momentos en que la economía cubana atraviesa una crisis sin precedentes y el aislamiento diplomático ha comenzado a afectar severamente sus canales de financiamiento.
El reciente levantamiento por parte de EE. UU. de la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo ha abierto una puerta para la reactivación del comercio y las relaciones exteriores. La excarcelación de figuras clave del activismo opositor podría formar parte de esa nueva estrategia de supervivencia política del régimen.
Persisten las violaciones de derechos humanos
Sin embargo, las liberaciones no borran el historial represivo del Gobierno cubano. Cientos de personas aún permanecen detenidas por motivos políticos, muchas de ellas por su participación en las protestas del 11J. Las organizaciones de derechos humanos insisten en que las excarcelaciones deben ir acompañadas de un proceso de justicia y reparación, y no convertirse en moneda de cambio para obtener legitimidad internacional.
José Daniel Ferrer, ahora fuera de prisión, representa la resistencia pacífica frente al autoritarismo, pero su liberación no es sinónimo de libertad plena. Mientras el régimen mantenga estructuras represivas activas y limite los derechos fundamentales de sus ciudadanos, la lucha por la democracia en Cuba continuará más allá de las rejas.