Mientras el pueblo sufre el abandono, el mayor sistema de delación de Cuba reconoce a sus incondicionales y admite una profunda crisis de liderazgo.

En un acto marcado por la propaganda y la exaltación de la lealtad al régimen, el ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Álvaro López Miera, entregó este martes la réplica del machete de Máximo Gómez a 15 individuos y dos instituciones. Entre los galardonados destacan figuras cercanas al oficialismo como el propagandista Humberto López, la cantante Annie Garcés y Elier Ramírez, director del Centro Fidel Castro.

Humberto López, conocido por sus campañas de difamación contra activistas y periodistas independientes en la televisión estatal, afirmó estar «a la orden para el combate», aludiendo a los “tiempos de guerra no convencional” en una publicación en Facebook.

Otros distinguidos fueron Yusuam Palacios, el canal estatal Tele Turquino de Santiago de Cuba, y La Colmenita de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), una agrupación infantil liderada por la oficial Kleyvis Caraballo Pupo, quien recogió el premio en nombre del colectivo.

Annie Garcés, por su parte, agradeció en redes sociales el “honor” de estar entre los artistas jóvenes condecorados y celebró la distinción de las FAR.

Este tipo de reconocimientos no es nuevo. En 2021, el mismo símbolo de las gestas independentistas cubanas fue entregado a Buena Fe y otras personalidades afines al Gobierno, bajo el argumento de que sus obras promovían “valores patrióticos, revolucionarios e internacionalistas”.

Condecoraciones para los incondicionales

En el marco del aniversario 64 de la Proclamación del Carácter Socialista del régimen, el gobernante Miguel Díaz-Canel también presidió la entrega de medallas a 87 trabajadores y dirigentes del Partido Comunista por sus “décadas de servicio ininterrumpido”.

En el acto participaron figuras del poder como José Ramón Machado Ventura y Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central. Durante su intervención, Yudí Rodríguez Hernández, miembro del Secretariado, elogió a los condecorados por su “lealtad, compromiso y consciencia del rol del Partido en el presente y futuro del país”.

Los CDR en crisis: una estructura envejecida y sin relevancia

Mientras se celebraban estos actos de premiación a la fidelidad, el IV Pleno Nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) reveló la preocupante situación interna del mayor sistema de delación del país. Según un reporte televisivo, los CDR atraviesan una profunda crisis por el creciente “déficit de cuadros”.

Cada vez menos personas quieren integrarse a la base organizativa de los CDR, una entidad históricamente vinculada a la vigilancia vecinal y al adoctrinamiento ideológico, más que a una auténtica labor comunitaria.

El evento, celebrado en la Universidad del Partido Ñico López, se centró en diseñar estrategias para revitalizar una estructura que pierde fuerza. Se propuso fomentar la afinidad desde la infancia —una muestra del adoctrinamiento temprano— para intentar revertir la desafección generalizada.

Pese al discurso oficial que insiste en la “unidad popular”, el propio pleno admitió una desconexión creciente entre los CDR y la ciudadanía. En muchos barrios, los comités están desactivados o carecen de liderazgo, mientras las propuestas oficiales se limitan a “dedicar tiempo” a los posibles líderes comunitarios, ignorando el rechazo social que pesa sobre esta institución.

Como respuesta al desgaste, el pleno hizo énfasis en la necesidad de reforzar la propaganda en el ámbito digital, preocupado por las “agresiones” recibidas en redes sociales. Un síntoma más del descrédito de un aparato de control que, pese a los premios y las medallas, ya no logra imponerse con la autoridad de otros tiempos.

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