«Lo ocurrido forma parte de un patrón represivo que se repite contra quienes no se doblegan», denuncia el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).

Después del fuerte eco mediático generado por los hechos ocurridos esta semana en la finca El Infierno, propiedad de los hermanos Omara y Ariel Ruiz Urquiola, las autoridades cubanas devolvieron este jueves la vaca y su ternero que habían sido sustraídos por funcionarios del Ministerio de Agricultura (MINAGRI), en complicidad con un campesino local. Así lo informó Ariel Ruiz Urquiola a través de su perfil en Facebook.

Los hechos, según el activista, ocurrieron de noche, aprovechando la oscuridad y rompiendo las cercas de la finca, ubicada en Viñales, Pinar del Río. La madre de los hermanos, una mujer de 80 años, es quien cuida la propiedad actualmente, ya que el régimen impide el ingreso al país de sus hijos por motivos políticos.

El Observatorio Cubano de Derechos Humanos denunció que este no es un incidente aislado. «No es la primera vez que rompen cercas, destruyen estructuras o intentan arrebatarle el sustento a esta mujer. Isabel ha enfrentado años de abusos en soledad, mientras sus hijos tienen prohibido volver a su país. La represión no solo pretende despojarla de su finca, sino también quebrar su espíritu», señaló la organización en redes sociales.

«Lo ocurrido forma parte de un patrón de represión que se repite una y otra vez contra quienes no se doblegan», agregó el OCDH.

Por su parte, Omara Ruiz Urquiola denunció el hecho a través de Facebook con un duro mensaje: «La inmoralidad no les da el valor para robarnos de frente. Ahora necesitan a los rastrojos humanos dispuestos a cualquier cosa».

Desde la cuenta oficial de la finca El Infierno, se destacó la reacción de la ciudadanía: «La solidaridad y empatía de nuestra gente —incluyendo a extranjeros sensibles a la agonía del pueblo cubano— arropó a esta maestra anciana que defiende sus animales y su tierra con el mismo amor con que ha sembrado, educado y criado a sus hijos».

El comunicado también subrayó el impacto público del atropello: «El abuso contra Isabel y los múltiples agravios sufridos por la familia Ruiz Urquiola, perpetrados por instituciones subordinadas al aparato represivo del régimen cubano, lograron movilizar la opinión pública. Así fue como Natividad y su hijo Nacho regresaron finalmente a casa».

«La Guardia Rural se quedó chiquita», ironizó la publicación, y sentenció: «Van contra una viejita y sus animales porque han perdido. Nosotros seguimos vivos, y ustedes son el hazmerreír del mundo».

Este episodio repite el mismo patrón utilizado por funcionarios del MINAGRI en febrero pasado, cuando también se perpetró un robo similar en la finca. En esta ocasión, el ejecutor fue un campesino identificado como “niño Dopico”, conocido por su sumisión a la Seguridad del Estado. Según relató Isabel Urquiola, este individuo confesó que había llamado a Carlos Fleitas, jefe de Pecuaria del MINAGRI y principal implicado en el robo anterior, para que organizara «el circo» con otros dos hombres, completando así el nuevo acto represivo.

Este asedio forma parte de una estrategia sistemática del régimen cubano contra la familia Ruiz Urquiola. En noviembre de 2024, el MINAGRI emitió una resolución anulando el usufructo que había sido otorgado a Ariel Ruiz Urquiola, reconocido científico y activista medioambiental. Según su hermana Omara, se trata de una «venganza» directa contra el activismo de ambos.

Desde entonces, el hostigamiento contra la familia y sus tierras no ha hecho más que intensificarse.

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